En la capital del diseño parisiense, Design Week, no todo es jóvenes promesas emergentes. La Galerie Chastel-Maréchal, espacio fundado por Aline Chastel dedicado a la promoción y redescubrimiento de importantes diseñadores franceses, principalmente de las décadas de 1930 a 1960, cuyas piezas generalmente nunca se han exhibido antes, presentó una excepcional selección de objetos de grandes diseñadores brasileños de la segunda mitad del siglo XX.
Bajo el título “La modernidad del diseño brasileño de 1950 a 1980” la exposición organizada por el moderno decorador francés Vincent Darré recopila piezas fuera de lo común, hechas de maderas como el viñátigo o la jacaranda. Resulta todo un acontecimiento que estos objetos lleguen a ferias como la de París, puesto que se trata de una región casi desconocida para el diseño europeo. La exposición clausurará hasta el 31 de octubre de este año para después emigrar al The Salon Art + Design en Nueva York en noviembre.
En la muestra figuran maestros brasileños como Jose Zanine Caldas, diseñador autodidacta que fue capaz de moldear la madera en sensuales piezas en las que se aprovecha al máximo la organicidad de las formas, las curvas y las grietas naturales. Evidencia de ello es Namoradeira, sillón de conversación fabricado en madera de pequi, nativa de Brasil.
Reversivel, asiento hecho de metal tubular y tela de fabricación original, fue diseñado por Carlo Hauner y Martin Eisler, ambos de origen italiano pero que desarrollaron su trabajo en Brasil. En Reversivel se refleja la influencia que Hauner tuvo del neo-expresionismo de artistas como Picasso, y de Eisler, la inspiración de los diseños americanos de los cincuenta.
Las líneas geométricas y elegantes propias del diseño clásico son rasgos característicos de la obra de Jorge Zalszupin, arquitecto y diseñador de origen polaco, quien para la creación de un carrito de té utilizó madera de jacaranda maciza y contrachapada, además de latón, dando como resultado un impecable trabajo de carpintería.
El abstracto propio de la obra de Isamu Noguchi es la fuente de inspiración para Agua, una mesa de centro asimétrica concebida como una forma orgánica fabricada en madera bruñida por Guiseppe Scapinelli, diseñador nacido en Italia quien encontró en Brasil su segundo hogar.
Joaquim Tenreiro, diseñador y artista visual nacido en Portugal, adoptó el estilo modernista europeo y el funcionalismo a sus piezas, entre las que destacan las doce sillas Estrutural, hechas en madera de jacaranda, materia prima que Tenreiro utilizó en muchos de sus objetos.
A pesar de pertenecer al ya pasado siglo XX, el trabajo de estos artistas de la madera nativa de Brasil resulta un botón de muestra de la atemporalidad del diseño clásico.
Texto: Yaheli Hernández
Fotos: cortesía Galerie Chastel-Maréchal