Tres tipos de espacio como objetivo: público, social y privado. Varias restricciones estéticas de un fino condominio en Zapopan y una topografía especial. Estos fueron los desafíos del despacho tapatío fundado en 2000 por el Arquitecto Gerardo Ayala García de Quevedo para la proyección y construcción de Casa NEO, una residencia bellamente solucionada al partir de una noción geométrica: la ortogonalidad.
800 metros cuadrados y tres niveles. Este proyecto se concibió como un container “donde los volúmenes se redujeron al mínimo y se usó “la intersección de cuerpos ortogonales y perpendiculares entre sí, a manera de Jenga, que intercalados van completando el programa en un desarrollo vertical, utilizando la cota máxima de altura permitida por el fraccionamiento”, explica la firma.
La sección pública se ubica en la planta baja del terreno, con un acceso alterno a un estudio, sala de juntas y salón de juegos, independientes, pero también parte de la construcción. En la planta alta, a media altura, el programa social se desarrolla a partir de una caja de cristal que une ingreso, recibidor, estancia, cocina, terraza y otras áreas de convivencia. En el tercer piso el programa privado incluye cuatro recámaras y una sala familiar, como un escondite informal e íntimo.
En casa NEO hay elementos que unen la construcción en su totalidad: un patio central, las escaleras en papelillo de concreto y una enorme ceiba que ayuda a la sensación de espacio, la creación de iluminación y la ventilación natural. Destaca, en varias áreas, el uso de cristal rojo que “re-califica el espacio por medio de la luz, dándole nuevas perspectivas en el transcurso del día,” se lee en la ficha técnica del proyecto.
Concreto, mármol, madera y piedra volcánica fueron los materiales utilizados en Casa NEO. Una creación que bien podría definir el espíritu desafiante de TaAG, y la maravilla de sus soluciones técnicas y estéticas.
Texto: Dolores Garnica
Fotos: cortesía de TaAG