Se titula “No. 65 Not That I Can’t Wait for It” (“No es que no pueda esperar”) y se exhibe justo ahora en la galería Freedman Fitzpatrick de París. Es la primera exposición del estudio que numera sus piezas, BLESS, para “explorar y redefinir las soluciones de diseño de todos los días”, se explica en comunicado de prensa.
La firma de diseño francesa y alemana fundada en 1995 por Desiree Heiss e Inés Kaag, funciona como un estudio transdisciplinario que juega, experimenta e interviene el mobiliario cotidiano, pero que no solo se queda allí, sino también practica e irrumpe sobre esas rutinas típicas de quienes amueblamos, compramos muebles, admiramos diseñadores y observamos marcas. Es una vuelta de tuerca en los procesos creativos, de producción, distribución y promoción derivados del mercado del interiorismo y del diseño, es decir, transforman esos mecanismos de la creación y del mercado también reflexión y crítica.
BLESS comenzó su proyecto con el No.07 en 1998, una serie de fundas de piel con las que se forran (esconden), estilizan y personalizan las sillas de plástico comunes. Para el No.58 Terrazzo, inventaron una almohada de madera industrial con algo de algodón. Otra de sus piezas, mantas fotografías estampadas que el dúo capturó en Irán en uno de sus últimos viajes.
Ahora, en su número 65, después de la increíblemente incómoda 63 (poniendo sobre la mesa la discusión sobre utilidad, comodidad y estética), la galería parisina ha forrado sus muros con imágenes a escala 1:1 de la moderna casa icónica de Richard Neutra en Los Ángeles y fechada en 1995.
“BLESS empuja al espectador a reconsiderar sus expectativas sobre la vida contemporánea, sobre la vida social y privada”, explica el curador, Nicolas Trembley. Sí. Ya no hay que esperar. BLESS llegó a París
Texto: Dolores Garnica
Fotos: Romain Darnaud / Cortesía de BLESS, Berlin/París y Freedman Fitzpatrick, Los Angeles/París