Cuando uno lee un cómic como Blacksad, escrito por Juan Díaz Canales e ilustrado por el maestro Juanjo Guarnido, no puede hacer más que levantarse y aplaudir tan magistral trabajo. No es para menos que en pocos años se haya convertido en el cómic español más reconocido internacionalmente, se puede decir que nos encontramos ante un clásico contemporáneo de la historieta.
Y es que (sin ánimo de demeritar el excelente trabajo de guionista, realizado por Canales), el alma de esta obra reside en el impresionante dibujo de Juanjo. Como ilustrador, uno trata de convertir al diseño de personaje en una extensión de la narrativa; un metalenguaje, que en silencio nos narra mil y un historias. Sin duda, Juanjo lo logra, con creces y como pocos otros.
Cada aspecto visual en este cómic es digno de un estudio y análisis a profundidad. Pues Juanjo no es ningún don nadie, por años trabajó para Disney en Francia y esto se nota a leguas en su obra, aunque, más que parecer un calco del estilo Disney, el ilustrador lo abraza y lo reinventa. a través del dinamismo de sus planos y de sus encuadres, del fantástico ritmo y tiempo narrativo o sus fondos de postal, pero sobre todo de sus personajes, su diseño, gestos y el espectacular lenguaje corporal que exuda cada uno: Juanjo nos muestra en Blacksad un despliegue de virtuosismo apabullante.
Jhon Blacksad, por las calles de Nueva York y sus “habitantes”
Cada detalle parece estar perfectamente cuidado, y a través de elecciones “simples,” nos hace sentir que la ficticia Nueva York de los eternos años cincuenta y sus pobladores antropomorfos en realidad, se encuentran vivos. No es casualidad que la jefatura de policía de Blacksad sea dirigida por un pastor alemán, que el gran villano de la primera entrega sea un reptil, que al hablar de racismo lo hagan a través del pelaje de los personajes o que nuestro malhumorado y desdichado detective protagonista sea obviamente, un gato negro.
Cada pequeña elección es simple pero precisa, y al mismo tiempo nos permite hacernos una idea global de cada personaje, de su historia y personalidad. Incluso los extras que aparecen en un panel o dos entre los fondos, parecieran querer saltar a contarnos algo. Con todo esto, no podemos más que sumergirnos en el relato de Blacksad, en sus pobladores y caminar entre sus calles… no hay mucho que decir: es así cómo se hace un cómic.
Si te gusta el cine negro, las historias sobre detectives, la animación clásica o simplemente quieres leer un buen cómic; te lo recomiendo encarecidamente. Blacksad es un excelente agregado para tu biblioteca personal, y recientemente llegó a México en una edición integral; que, sin ser perfecta, es una gran opción.
Texto: Hugo Preciado Sandoval
Imágenes: cortesía