Para hablar del auge citadino en México ya no es posible mencionar solamente a Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara. En el Bajío, una de las urbes que actualmente vive un importante progreso urbano aunado al crecimiento económico es Querétaro.
Adamant Querétaro, dos torres que toman posesión de las montañas en la zona más prestigiosa de esta región, constituyen el reflejo de su desarrollo, fueron ideadas y ejecutadas por Mayer Hasbani, joven despacho enfocado en la creación de espacios funcionales, estéticos y propositivos.
Referente urbano de la verticalidad, a la manera de una catedral contemporánea, la construcción toma ventaja de la sinuosidad y altura del terreno para extender sus proporciones y tocar el cielo. Está emplazado sobre una curvatura natural de la ladera, desde donde se abre en dirección contraria a la geometría de la montaña, para que de esta forma el motor lobby dé cauce natural al flujo de autos y transeúntes que acceden por la calle.
Las dos torres de departamentos independientes que conforman Adamant se unen en la planta de acceso, así como en los pisos más altos, lugar de las amenidades y áreas comunes para sus habitantes: en la parte superior, esta intersección funciona como una rótula que da movimiento y flexibilidad a la zona pública del proyecto. Al centro de los edificios se genera un vacío escultórico que aparece y desaparece según la perspectiva del observador, desde las calles o la montaña.
A partir del estudio de su posición, geometría y estructura, se buscaron soluciones a particularidades, como el asoleamiento: una terraza profunda por cada departamento abonó a la protección de las viviendas y al descanso del implacable sol. El juego de planos creado por las terrazas es entonces la piel estructural del edificio, que plantea distintos ritmos de lectura en la fachada. Dependiendo del movimiento del sol las terrazas se aligeran o densifican, lo que resulta en una sinceridad estructural para la morfología del edificio.
En su conjunto, la unión en los niveles que alcanzan el cielo queretano aportan elegancia y balance al proyecto, redondean su diseño y funcionan como un puente integrador entre las torres, no solo en la estructura, sino también en la comunicación entre sus habitantes.
Texto: Yaheli Hernández
Fotos: cortesía de Mayer Hasbani