“Lo barroco estaba destinado, desde su nacimiento, a la ambigüedad, a la difusión semántica. Fue la gruesa perla irregular -en español barrueco o berrueco, en portugués barroco-, la roca, lo nudoso, la densidad aglutinada de la piedra”, explica el barroco Severo Sarduy en su barroco ensayo sobre el barroco y el neobarroco, y desde esta etimología podría provenir el título de la nueva exposición en el Museo Franz Mayer en Ciudad de México: “Diseño neobarroco”, una mirada hacia el diseño contemporáneo que rinde tributo al movimiento que durante dos siglos reinó en la cultura occidental, pero también a sus nuevas maneras, las que surgen desde los procesos contemporáneos de creadores en México y el resto del planeta. Sí, rocas, nudos, densidades, aglutinamientos y piedras, tal y como dictó el pensador cubano, o cubano pensador, que así se lee más neobarroco.
El barroco puebla incluso la curaduría de la muestra de Ignacio Prado que reúne 27 piezas de 24 diseñadores, entre los que destacan los mexicanos Esrawe Studio, Gloria Cortina, Jorge Cejudo y Carla Fernández, más Alexander McQueen, Zaha Hadid, Frank Ghery, Nacho Carbonell, Studio Draft y los Hermanos Campana en la selección global. El guión que rigió la exposición se desglosa en módulos también barrocos, como capítulos del ensayo de Sarduy: El oro barroco, La transformación de los materiales, El salón de las artes, El mestizaje de materiales y formas, La otredad de los objetos conceptuales, La poética del diseño, La cámara claroscura, El jardín de las delicias y Naturaleza y artificio.
El recorrido muestra a los visitantes, a quienes recomendamos llegar barrocamente vestidos y con ánimos barroquianos, la grandeza del espíritu y los sin límites del diseño contemporáneo en los ejercicios de sustitución, artificio, proliferación, condensación, parodia, la intersexualidad y la intratextualidad, según Sarduy, nuestro escritor neobarroco invitado a esta nota que intenta ser mediobarroca, para completar ese espejo del “signo eficaz” del que hablaba el también escritor Lezama Lima sobre el estilo.
Del amontonamiento visceral de catedrales barrocas de Studio Job de los Países Bajos, el trabajo del artista italiano pero mexicano que lleva ya en el nombre lo barroco Pedro Friedeberg, la ostentación del candelabro de diamantes de Studio Drift, la reminiscencia mexicana tradicional de un molinillo de café añadida a un par de tacones de la coahuilense Carla Fernández, el espejo que Maarten Baas quemó en una acción artística para después bañarlo con resina o el arbusto de aluminio convertido en silla del francés Vincent Dubourg, una serie de neobarrocos, de rocas, nudos, densidades, aglutinamientos…
Texto: Dolores Garnica
Fotos: cortesía del Museo Franz Mayer
Créditos de portada: Studio Drift / (Estudio de diseño establecido por Lonneke Gordijn y Ralph Nauta, Países Bajos, 2007) / Fragile Future Diamond Chandelier 3.6 / [Candelabro de diamante de frágil futuro 3.6] / 2012 / Semilla de diente de león, bronce y leds / Carpenters Workshop Gallery