El estudio de diseño Kellenberger-White, con base en Londres, creó un mobiliario-tipografía a escala humana en el famoso distrito corporativo Broadgate, en Finsbury Avenue, Londres, para alentar a los visitantes a jugar con las letras y luego sentarse sobre ellas (o primero sentarse y luego jugar, según se prefiera…).
Las veintiséis letras del alfabeto inglés están construidas de metal cortado y plegado. Cada una de estas sillas-letras está pintada de distinto color, cualidad que sirve para transformar el espacio de la plaza en una zona de juegos que se asemeja al arcoiris o a la habitación de un niño.
Los visitantes se encuentran con el reto de encontrar una posición cómoda en cada una de las formas no convencionales para el mobiliario hecho de metal. Además, el abecedario les da la oportunidad de hacer que el espacio “pronuncie” palabras de cualquier grupo semántico. Esta es una instalación que fomenta la expresividad colectiva.
“El alfabeto es un experimento en construcción y en color que reta y conecta a varios usos”, dicen los diseñadores. “Es una zona de juegos, pero también es un alfabeto; es mobiliario público, y puede hablar”.
La forma tipográfica de cada silla es lograda mediante la técnica de doblado de metal. Todas las formas de las letras fueron emuladas a través de esta técnica, mientras que en lo que se refiere al color de las piezas de Alphabet, los especialistas en pintura sobre metal eligieron colores como el International Orange, usado en el Golden Gate, de San Francisco, y el Cornflower Blue, del Puente Tees Transporter, de Middlesbrough.
Alphabet es uno los Landmark Projects de este año, una serie de instalaciones importantes ideadas por los mejores diseñadores, artistas y arquitectos, comisionada por British Land. Los proyectos fueron parte, como cada año, del London Design Festival 2018, y aparecieron en las zonas urbanas más reconocidas del ambiente londinense.
Síguenos en México Design, donde el London Design Festival no ha terminado, pues todavía ofrece atracciones de las cuales hablar.
Traducción y adaptación: Kevin Cárdenas
Fotografías: @leemawdsley, cortesía