Como un parteaguas entre el término del siglo XX y el inicio del nuevo milenio, se encuentra la Biblioteca Fernando del Paso, erigida en honor al autor de monumentales novelas como Noticias del Imperio o Palinuro de México. Los responsables del proyecto, Laboratorio en Arquitectura Progresiva (LEAP), despacho reconocido por la editorial alemana BRAUN como uno de los más destacados de América, erigieron esta biblioteca-mediateca para la Universidad de Guadalajara-CUCI en la región de la Ciénega del lago de Chapala.
La construcción se realizó bajo el concepto conocido como ars accidentalis, “El arte del desastre”, idea que implica aceptar que los dispositivos tecnológicos pueden fallar, y que esa es una cualidad inherente a ellos. De esta forma, el proceso arquitectónico se rige mediante el azar, liberándose de las formalidades clásicas en la planeación y creación de edificios.
Resulta particularmente interesante que esta filosofía se aplique a una biblioteca, puesto que en ocasiones la adquisición de conocimiento trae más dudas que certezas. Conocer es cuestionar, por lo que este recinto funciona como un espacio para generar preguntas sobre el rumbo de nuestra actual sociedad, que por sí misma ya está repleta de incertidumbre.
En el inicio del proyecto los integrantes de LEAP tomaron como materia prima los elementos lineales que circundan al campus junto con los edificios de salones —construidos bajo el esquema CAPECE—, los cuales fueron representados por tiras de papel, haciendo énfasis en lo azaroso y lo lúdico.
El proceso consistió en verter las tiras de papel en un escáner y a partir de ellas hacer barridos digitales. Todo el contenido se movió de manera aleatoria, integrando cualquier cosa que estuviera al alcance, lo que resultó en un juego casi irónico con respecto a la manera descuidada y espontánea con la que había crecido el campus hasta ese momento. Como resultado final de este primer proceso, se generó una imagen resultante de una serie de capas de imágenes editadas y superpuestas. Lo siguiente fue vaciar el programa en volúmenes que correspondieran con la imagen conceptual creada, que se consideraron como el centro de gravedad del lugar.
La Biblioteca Fernando del Paso se erige como una construcción atípica que sorprende al visitante desde su ingreso. Los elementos principales se diferencian entre sí por los materiales: volúmenes de lectura en ladrillo rojo, acervo en concreto aparente y la mediateca en lámina metálica. Además, las rampas y corredores se diseñaron para ser cien por ciento accesibles a personas con discapacidad motriz.
La escalera del “huevo” se convierte en un puente entre los tres componentes del recinto. Dentro del concepto juega un papel crucial, ya que comunica los dos niveles de la mediateca sin tocar la planta baja.
El acervo de la Biblioteca está compuesto por 120,000 volúmenes colocados en un inmenso muro que es atravesado constantemente al recorrer el lugar. Los cambios de escala, las circulaciones fuera de lo común y las fugas visuales invitan a descubrir y apreciar la belleza del espacio.
Texto: Yaheli Hernández
Fotos: cortesía