Los más bellos panoramas se coronan con un elemento ajeno a su naturaleza, capaz de producir una sutil extrañeza a la vista. La Capilla RLJ es un ejemplo de estos organismos que adornan paisajes con base en su armonía.
Ubicado en San Juan Cosalá, este inmueble construido con materiales que resultan naturales a su entorno, como piedra, teja y madera de la región, se integra a la topografía natural del predio que ocupa, sin afectar la vegetación existente. Cuenta con acceso principal sobre la vía pública que facilita la inclusión comunitaria hacia los tocadores, la sacristía y la capilla.
El cuerpo principal está conformado por dos grandes muros de concreto y una techumbre para coro, un área para 12 bancas con capacidad para 72 personas y el altar, con una superficie total de 295.71 metros cuadrados. El patio, suspendido por un silencio minimalista, alberga una cruz de acero entre sus muros, que remata con la fuga geométrica que acentúa la profundidad del espacio.
Texto: Mónica Hernández
Fotos: Jaime Navarro Soto