Una casa en la pendiente. Dos colinas en un fraccionamiento habitacional en la zona metropolitana de Guadalajara resguardan Casa San, proyecto de Juan Ignacio Castiello Arquitectos que busca generar un punto de encuentro para quienes la vivirán.
Los habitantes de la casa son una familia de cinco integrantes con hijos adolescentes, el padre es ingeniero y la madre decoradora. Es la segunda residencia que la firma les diseña, y en esta ocasión deseaban que su nuevo hogar fuera más cómodo, ordenado, generoso con la amplitud y utilidad de los espacios de bajo mantenimiento, con facilidad para recibir invitados, un amplio jardín y que funcionara como showroom para su negocio, abonando, claro, a la convivencia entre los miembros de la familia.
En 1,035 metros cuadrado sobre un terreno irregular con vistas a la cañada, Casa San se ubica en la unión de dos calles: la colindante sur, casi plana, y la poniente, donde se encuentra la pendiente. La firma procuró que la casa respondiera a la vocación urbana de este entorno, por lo que la solución fue que se orientara de forma escalonada, acompañando la pendiente natural con un gesto generoso hacia la esquina. Para aprovechar las vistas a la cañada, se resolvió que la casa estuviera en lo más alto del terreno, sobre la colindante sur.
Casa San fue planificada en tres pisos con un esquema en “U” alrededor de un patio, lo que ofrece muchas posibilidades de iluminación y ventilación. La construcción se abre hacia la cañada, se cierra hacia el poniente y se abre ligeramente hacia el sur por donde se puede captar el sol.
El protagonismo de la casa está en la terraza debido a su ubicación y dimensiones. Cuenta con varios ambientes de convivencia y se dirige de manera clara y directa al jardín, a la cañada por el norte y al patio por el sur. En los interiores, la firma buscó que los recorridos resultaran libres y divertidos.
Los materiales utilizados son de bajo mantenimiento, así que envejecerán con dignidad. La casa fue construida de concreto aparente con muros perimetrales de piedra de rajuela, donde lo horizontal de sus hiladas contribuye a acentuar la pendiente de la banqueta. De esta forma, Casa San se erige como una fortaleza natural donde reina la funcionalidad y sencillez de los espacios.
Texto: Yaheli Hernández
Fotos: Mito Covarrubias y Alejandro Elorriaga, cortesía de Juan Ignacio Castiello Arquitectos.