Por primera vez en la historia de esta celebración bienal, la Alfombra Floral de la ciudad de Bruselas adopta un tema latinoamericano. El privilegio de realizar la primera intervención latina en esta longeva tradición lo tuvo la artista mexicana Roo (Ana Rosa Aguilar Aguado), encargada de diseñar la gigantesca alfombra floral de este año.
Ana Rosa Aguilar, mejor conocida como Roo, tiene treinta años y forma parte del colectivo La Octava Noche, de Uriangato, Guanajuato. Roo buscó la inspiración en las tradiciones locales de su región natal para reunir símbolos del México contemporáneo con símbolos prehispánicos de las culturas purépecha, otomí y chupícuaro (las tres culturas de origen guanajuatense). La celebración se homologó con el 20 aniversario del nombramiento de la famosa Grand-Place de Bruselas como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Más de 500,000 flores (en su mayor parte begonias y dalias) fueron empleadas para adornar la plaza conocida como “la más hermosa del mundo”, por artistas de la talla de Víctor Hugo. En la construcción de esta monumental alfombra trabajaron más de 100 voluntarios, que se dieron a la tarea de colocar césped y cortezas, además de la abultada cantidad de flores.
Esta edición número 21 de la Alfombra Floral se llevó a cabo bajo el lema “Guanajuato, orgullo cultural de México”. Una de las razones de invitar a México para esta celebración fue la de combinar dos de las más importantes tradiciones florales del mundo: la flamenca y la mexicana, y así llenar de color una plaza histórica para el contexto europeo.
El estado de Guanajuato fue elegido especialmente por su rica historia tapicera. Ejemplo de ello es la tradición llamada “La octava noche”, llevada a cabo cada 8 de octubre en la ciudad sureña de Uriangato, en la cual los residentes decoran kilómetros de calles con alfombras de aserrín multicolor, todo en honor y memoria al santo patrón que curiosamente tienen en común con la ciudad de Bruselas: el arcangel San Miguel.
El elemento central del diseño de esta edición es un pájaro típico de los bordados otomíes. Dicho pájaro está dentro de un sol, que es la principal divinidad del pueblo purépecha y además hace una referencia al nombre de Uriangato, “lugar donde levanta el sol”.
Ambos símbolos mencionados arriba aparecen dentro de un plato de talavera, que a su vez exhibe dos ranas en sus flancos, motivo que remite al significado del topónimo de Guanajuato: “cerro de las ranas”.
En cada extremo de la alfombra se observan dos guerreros, mismos que hacen alusión a las constantes guerras entre purépechas y chichimecos por el control de la tierra que actualmente es el estado de Guanajuato.
La alfombra floral de este año pudo ser admirada por miles de residentes y visitantes desde el pasado 16 de agosto hasta el 19 del mismo mes.
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Texto: Kevin Cárdenas
Fotografías: @swdfotografie, ©Gaston Batistini, ©Erik De Mol, ©Laboriver