“El diseño está en todo lo que soy”, confiesa Nadia Borrás, una de los dos directores de interiores de Sordo Madaleno Arquitectos desde hace casi diez años. “Mi primer proyecto fue diseñar la casa de campo de mi familia en Morelos a los siete años: desarrollé una planta arquitectónica y una perspectiva con detalles de materiales y colores. Mi padre decidió construir la casa, en la que vive su retiro actualmente, con los planos ‘ejecutivos’ en crayolas de colores”.
Nadia, egresada de la UNAM con maestría en sustentabilidad, inició en el interiorismo por una de esas oportunidades que llegan de pronto y que se transforman en pasión: “Me atrajo mucho la idea de poder llegar al detalle del detalle en el diseño, de la cercanía de tantos materiales distintos, de reinventar espacios íntimos”, explica la arquitecta, consciente del legado en el apellido de la firma: “Ha sido un gran honor colaborar en el quehacer del diseño y la arquitectura con el bagaje y la herencia de uno de los arquitectos más innovadores en la historia de la arquitectura mexicana moderna. El aprendizaje es conti – nuo… las tres generaciones que conforman la dinastía Sordo Madaleno han logrado que los proyectos sean resultado de su tiempo para adquirir una personalidad única en constante evolución, pero enalteciendo los valores y el espíritu de la arquitectura de base, reinventándonos todo el tiempo”.
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Texto: Dolores Garnica
Fotos: cortesía