Maca Zeballos nació en Perú, donde estudió arquitectura; posteriormente hizo una maestría en New Jersey, Estados Unidos. Desde hace 25 años vive y trabaja en México, desarrollando proyectos de arquitectura y de interiores. Actualmente es socia de Taller G junto a los arquitectos Carlos Fernández del Valle y Salvador Núñez. En los últimos meses los proyectos a los que dedica la mayor parte de su atención son un desarrollo de usos múltiples en Guadalajara y uno residencial en el corredor Reforma de la Ciudad de México.
Cuando le toca hacer un proyecto de interiores afirma que lo más importante, antes de arrancar con el diseño, es visitar los espacios a ser intervenidos, observar la luz y la ventilación natural, revisar las condiciones técnicas y de seguridad del espacio y entender claramente las necesidades y expectativas del cliente. Por lo general, el propio lugar le da respuestas cuando toma en cuenta la orientación del edificio, la altura de los espacios y el contexto con el que tiene relación.
La visión de Maca es clara respecto a su trabajo: “Tienes que hacer de los espacios una extensión de tu manera de vivir”. Quizá por esto, aunque disfruta mucho cada proyecto en el que se involucra, los hoteles son sus favoritos. “Allí se combina el trabajo o el esparcimiento con el descanso que uno regularmente relaciona al hogar, donde, de manera especial, marcas como Helvex son de gran ayuda”. Indica que, en el caso de los hoteles boutique, tiene más libertades y “logras poner tu sello personal”.
En el diseño de interiores las experiencias que se transmiten son lo más importante. El usuario debe ver, sentir, usar y tocar su entorno para aportar a su calidad de vida. Hay que diseñar sabiendo que los espacios intervenidos otorgarán belleza, bienestar y tranquilidad.
Entre los proyectos que recuerda con más cariño se encuentran el Hotel W en Polanco, en la Ciudad de México, y el Hotel Banyan Tree en Cabo Marqués, en Acapulco, del cual se siente especialmente orgullosa ya que “es un desarrollo que se integró de forma muy sana con la selva. Se respetó el 90 por ciento de la vegetación existente y se logró un perfecto balance entre la arquitectura y su entorno”.
La arquitecta está consciente de que, en la actualidad, tanto en México como en Latinoamérica, vivir en espacios diseñados por un profesional está restringido a quienes cuentan con los recursos necesarios. Para ella, lo ideal sería que “hubiera diseño de interiores sin importar el bolsillo y que todos tuvieran una mejor calidad de vida gracias a esto”.
Respecto a la dificultad de destacar en el mundo de la arquitectura siendo mujer, afirma que el panorama está cambiando para bien. Recuerda que cuando ingresó a la carrera solo eran diez mujeres de un total de 500 matriculados, y de ellas, un promedio de tres se habían inscrito a arquitectura. Ahora, “dentro del despacho somos mitad hombres y mitad mujeres”.
Maca Zeballos piensa que la mujer, en este círculo de arquitectos y diseñadores, debe lograr aún mejores condiciones. Sigue siendo difícil tener familia y una vida profesional al mismo tiempo. La buena noticia es que cada vez más chicas jóvenes están ocupando posiciones de poder y haciendo lo que les gusta. De seguro estas nuevas generaciones podrán conformar una sociedad que “les permita satisfacer todos los aspectos de su vida, de manera igualitaria, sin hacer grandes sacrificios para lograr tranquilidad personal y éxito profesional”.
Esta entrevista forma parte de la edición 2018 de Insignias.
Texto: Xitlálitl Rodríguez
Fotos: cortesía