La música viaja desde la mente de una experimentada artista hasta nuestros oídos. Se abre paso por la clave de sol. Le siguen los cuatro cuartos, un primer compás decorado por una nota que viaja directo al corazón, a la mente.
Fulgor es la nueva propuesta musical de Sara Valenzuela. Una recopilación de nuevos éxitos que narran un sinfín de historias. Entrega que se mezcla en un concepto de múltiples matices musicales que bailan y se entrelazan. Sutiles acordes de una guitarra que imita los trinos del blues, estridencias del rock y el ritmo del funk que invitan al movimiento. Todo, sin dejar de lado las sensaciones que surgen de las bien logradas baladas de lírica emotiva, de esas canciones que se refugian en una dulce melodía para quedarse intermitentes en el oído durante varios días.
Aquel incendio armónico se escucha más impetuoso que en sus primeras obras, llevando la versatilidad de su voz hasta lugares mágicos, mostrando la experiencia que ha adquirido desde sus inicios en los rincones de aquella Ciudad perdida también conocida como la perla de occidente, hasta alcanzar una trayectoria ecléctica que se mantiene en constante evolución y hambre de más.
Su estilo vocal se adentra por varios Caminos sin comprometer las piezas musicales, lo que resulta en un disco con un buen Porvenir dentro de la escena musical del país. Sara Valenzuela nos invita a escucharlo en cualquier momento: en la casa, en la calle, en el jardín, con tigre o sin Tigre en el jardín, con Violines o violas. Nos pones en los labios los bellos versos de una gran composición, con la colaboración de artistas como David Aguilar, Iraida Noriega y el Trio Feral, por nombrar algunos, elevas las notas más allá de la prosodia y un poco más lejos del convencionalismo, entregando un disco maduro que promete llegar hasta destinos insospechados.
Texto: Yako Luna
Imágenes: cortesía