Con la nave industrial de Estafeta en Monterrey, Oxígeno Arquitectura prueba una vez más que los espacios laborales lo son también de creatividad. Hoy día, la arquitectura industrial trae consigo retos impensables hace al menos diez años.
Grissel Orozco Guerrero, directora regional de la firma Oxígeno Arquitectura, piensa que la arquitectura industrial se perfila no únicamente como negocio, es a la vez “un espacio, un recinto donde hay gente trabajando, donde se viven procesos”. En el caso de Estafeta, la nave cuenta incluso con un sistema de tratamiento de agua para evitar su desperdicio.
De acuerdo a Grissel Orozco, una planta industrial debe tener propuesta. “Además de considerar los procesos, la maquinaria y los temas técnicos, hay que cuidar que estos espacios ofrezcan lugares agradables para la convivencia. ¿Cómo le voy a dar a mi usuario quince minutos de descanso? Quince minutos hacen toda la diferencia en el compromiso y en la producción”, afirma.
En el concepto contemporáneo de naves industriales el usuario se encuentra al centro de la experiencia, de ahí que para Grissel Orozco la empatía sea importante. “Hay que entender muy bien qué necesita la persona, qué recibirá al final del día. Siempre pienso: ¿a mí cómo me gustaría trabajar, recorrer, percibir? Con ese cariño, hasta cierto punto diseñarlo”.
Entrevista: Carlos Vicente Castro
Imágenes: ©Jorge Guadarrama