El estudio de diseño Grzywinski + Pons concluyó recientemente su nuevo proyecto residencial ubicado en Manhattan, con una fachada que sobresale entre ladrillos, paneles de zinc multitonales y celosías metálicas.
El edificio está ubicado en el barrio New York’s Lower East Side, conocido por sus viviendas en ladrillo expuesto construidas durante el siglo XIX.
Se compone de 1,200 metros cuadrados y contiene 20 apartamentos amueblados, 16 de los cuales son estudios. Cuenta además con un espacio comercial en la planta baja.
El estudio encargado del diseño llama al proyecto una especie de “aparthotel”, ya que fue concebido como el híbrido entre un edificio departamental y un hotel.
La firma se encargó del diseño desde una perspectiva integral: el edificio, los interiores y gran parte del mobiliario fueron diseñados por ellos.
Grzywinski + Pons se planteó desde un principio el objetivo de diseñar una estructura que destacara entre los demás edificios de la zona, pero que al mismo tiempo respetara el contexto histórico y visual donde se ubica. Para lograrlo, la firma creó una propuesta de doble fachada, dando una personalidad a la base y otra más armónica con la altura de las construcciones circundantes en la parte superior.
Los primeros cinco pisos están revestidos con ladrillos hechos a mano, lo que les da un toque rústico y artesanal. Para los cinco pisos superiores que se elevan por encima de los tejados adyacentes, los arquitectos utilizaron revestimientos de zinc. Estos dos tratamientos brindan contraste, armonía y una correlación estética entre ambas partes de la construcción.
Dentro del edificio la estructura en acero queda expuesta, lo que provoca una sensación industrial que contrasta con la calidez de las telas, muebles y acabados interiores. La luz pasa a través de sus habitaciones con libertad y delicadeza.
Texto: México DESIGN
Imágenes: Nicholas Worley