La construcción del abandono
Las ruinas entre el polvo de un teatro donde ya no se oyen los aplausos o templos cuyos muros siguen en pie aun sin cantos ni plegarias, mansiones tanto o más majestuosas que cuando fueron habitadas… geometrías e intensos colores componen la impresionante plástica con la que James Kerwin evoca las vidas pasadas de espacios arquitectónicos.
Aunque lo fotografiado sea, desde cierta perspectiva, decadente, el ojo tras la cámara capta su plasticidad con una técnica y un enfoque contemporáneos.
Es una Canon 5DSR sobre un tripié Gitzo Adventure 2 la cámara que suele utilizar este fotógrafo británico que parte de su natal Norwich para ir por el mundo retratando arquitecturas de gran simetría y poder expresivo, espacios que pese a que en algún tiempo albergaron melodías de pianos que todavía parecen resistir entre escombros, sermones extraviados, risas improvisadas o simples confidencias, hoy transmiten, simplemente, paz y serenidad.
Cualquiera diría que se trata de aquellos paisajes donde románticos como Lord Byron, Mary Shelley o John William Polidori contaban esas historias de ultratumba que luego se volverían míticas o serían olvidadas. Lo cierto es que las imágenes de Kerwin, aun de noche, transmiten las emociones que irradia la plena luz del día.
Fue luego de experimentar con una gran variedad de géneros durante seis años que James Kerwin descubriera este gusto por fijar escenarios construidos por el abandono, agregando de vez en cuando elementos que contrastan en la toma: personajes vivos en posturas sumamente alegóricas.
Texto: Carlos Vicente Castro
Fotos: cortesía de James Kerwin