Elementales: orígenes
Narrativa, significación y un profundo proceso de abstracción son los fundamentos del Laboratorio en Arquitectura Progresiva (LEAP), que convierten a su arquitectura en arte que trasciende y permanece, y en testigo de las ideas y los anhelos de una época.
Para Octavio Paz, “la arquitectura es el testigo insobornable de la historia”, y para que la arquitectura de verdad hable de un tiempo y una cultura se tendría que hacer “a través de elementos significativos, porque los arquitectónicos meramente utilitarios no tienen esa capacidad de comunicar los anhelos y las necesidades de una sociedad”, explica Raúl Juárez, citando como ejemplo las construcciones prehispánicas o las egipcias que llegaron hasta nuestros días. Pero la arquitectura, para trascender, debe ser significativa. De esto están convencidos los integrantes de LEAP (Laboratorio en Arquitectura Progresiva), en Guadalajara, Jalisco.
Porque para Raúl Juárez y sus dos socios, Heriberto Hernández y Carlos Alberto Villaseñor, cada proyecto, desde su concepción, “no es un trabajo mecánico. No es responder simplemente a las necesidades espaciales o financieras del cliente. Representa la oportunidad de comunicar algo. En ese sentido nos nutrimos del contexto y del programa, generando así una narrativa que detonará una obra arquitectónica”, especifica Heriberto. Tanto en una biblioteca, un espacio público, un edificio de departamentos o una catedral, el proyecto puede ser una crítica, una especie de manifiesto o una reflexión acerca de la época en que vivimos. Porque “El contexto no es únicamente físico o natural — dice Hernández—, es más amplio, es cultural, filosófico, incluso psicológico del perfil del cliente para quien trabajas, hilvanado a las necesidades espaciales y al programa arquitectónico”.
Entrevistados: Raúl Juárez Perezlete, Heriberto Hernández Ochoa y Carlos Alberto Villaseñor
Entrevista: Alberto Spiller
Retrato: cortesía de LEAP
Fotos: Lorena Darquea, Carlos Baltazar y Jorge Taboada
Renders: Juan Carlos Uribe Ortega