Para los más atrevidos, el arte gastronómico es el diseño de un producto culinario que no solo logra complacer al paladar, sino que ofrece una experiencia sensorial completa. Millesime, el evento gastronómico más importante de México, reúne las artes culinarias con el diseño de una manera novedosa y exquisita.
Cada año, seis arquitectos e interioristas de distintas partes del mundo son elegidos por medio de una curaduría especializada, para desarrollar un restaurante efímero cada uno, a lo largo de tres días. En total, seis proyectos que fusionan la gastronomía, arquitectura y diseño desde diferentes ángulos, con el objetivo común de crear experiencias tan fugaces como memorables.
En la edición del presente año, Luis Arturo García, con En la mesa con Rapitae, explora los conceptos centrales con los que juega Millesime: el espacio y el tiempo. Con esta pieza, este galardonado arquitecto desencadenó una reflexión sobre “las distancias que se condensan desde la perspectiva del observador”.
Yupica, el artista visual que colaboró en la realización de este restaurante efímero, extrapola el alimento como materia prima al campo del arte, por medio del deleite óptico, que se complementa con el ambiente lumínico y sonoro.
Milpa, la propuesta de Estudio Adán Cárabes, nos invita a viajar desde Asia hasta América, durante décadas, en compañía de nuestros ancestros que poblarían el terreno desierto que era nuestra región. El intercambio cultural entre ambos continentes, se traduce hoy en el sincretismo de las corrientes arquitectónicas, cosmogónicas, usos y costumbres de nuestros ancestros, como el chamanismo, el culto al sol y sobre todo el respeto y exaltación a la Madre Tierra.
Este restaurante materializa el concepto que le dio vida con un diseño que se expresa con muros patinados por el tiempo, comales lámpara que emulan el Enso japonés, dos murales del Mtro. José María Velasco intervenidos por Adán Cárabes, y la pieza principal del restaurante, “Zapata In Love”, que representa la lucha por la tierra.
Otro de los espacios que se alzó durante tres días para complacer con sus sabores, detalles y texturas, es Kaban, creación de Faci Leboreiro que explora las raíces mexicanas desde otra perspectiva. Inspirado en la tradición y la cosmogonía prehispánica, Kaban –“tierra” en lengua maya– representa nuestro legado.
Con un recibimiento cortejado por suaves poemas en náhuatl al ritmo de unos tambores, los comensales eran guiados a un acceso enmarcado por la celosía de mecate de henequén que se desdobla en el plafón, creando un pasillo rematado con la escultura de Carlos García Noriega. Las mesas, abrazadas por una textura inspirada por el tejido de un rebozo, se enmarcan por una banda perimetral de laca color tierra, perforada por símbolos mayas.
Cada año, Millesime nos da el privilegio de ver, probar y sentir diferentes estrellas, creadas con distintos materiales incandescentes, capaces de deslumbrarnos con un halo fugaz que recordaremos por su sabor excepcional.
Texto: Mónica Hernández
Fotos: cortesía