Una silla propia: Clara Porset
Una silla no. Mejor un butaque. Un bajo y cómodo asiento ligeramente inclinado hacia atrás para leer un libro o pensar en la siguiente obra en esa habitación propia descrita en 1929 por Virginia Woolf donde nos podemos sentir libres, seguras, creativas y, sobre todo, independientes y completas. En ese espacio por el que todavía …