En Mercado Libre la segunda edición de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez puede adquirirse por arriba de los cinco mil pesos. En su precio tan elevado seguramente hay un algo de la portada que catapultó la carrera del escritor colombiano, pero también la de su diseñador, Vicente Rojo.
Vicente Rojo ha narrado varias veces cómo le llegó el manuscrito de una de las obras maestras de toda la literatura: gracias a Álvaro Mutis y Luis Vicens, amigos mutuos. Así, al pintor y diseñador español cofundador de Ediciones Era le encargaron la portada, convirtiéndose en uno de sus primeros lectores: una titánica tarea para sintetizar e ilustrar una obra maestra que contiene miles de historias en siete generaciones.
Para el diseño, Rojo se inspiró en las viñetas mexicanas populares del Siglo XIX, y la tipografía en el trabajo de los rotulistas. Azul, rojo y negro intensos colaboraron en esta obra maestra del diseño editorial, perseguida, imitada y admirada por los profesionales. El broche de oro fue la “E” al revés en “soledad”, y este detalle y guiño todavía es perseguido por leyendas e incluso teorías conspiratorias, como esa donde un librero en Guayaquil se dedicó a corregir con un plumón lo que consideró un error tipográfico en todos los tomos que vendió, algunos pocos de los millones y millones que se han vendido desde 1966. En México Design queremos creer que algunas de estas ventas tienen un algo de la genialidad de la portada De Vicente Rojo, hoy un clásico referente del diseño editorial…
Texto: Dolores Garnica
Retrato Vicente Rojo: cortesía de Ediciones Era