La arquitectura como arte y profesión puede dividirse en diferentes tipos, uno de los más fascinantes es la arquitectura sensorial.
Aunque pareciera redundante hablar de una arquitectura para los sentidos, lo sobresaliente de esta propuesta es que busca sembrar un despertar consciente y constante de nuestros sentidos a través del espacio que construye. Es decir, va más allá de las cuestiones estéticas y funcionales características del quehacer arquitectónico.
Desde una perspectiva filosófica, podría decirse que parte de la consciencia de que un espacio debe ser una experiencia sensorial completa: vista, oído, olfato, gusto, tacto. Este es un punto relevante, porque históricamente gran parte de las civilizaciones y culturas han priorizado el sentido de la vista, lo que deriva en que hoy en día sea abordado (de forma tácita) todavía como el principal.

El origen de la arquitectura sensorial como disciplina o especialización se sitúa en la década de los cincuenta, sobre todo a partir del trabajo Alvar Aalto, arquitecto finés. Entre sus ideas fundamentales, defendía que en la arquitectura factores como la luz y la experiencia táctil son determinantes para la percepción del espacio. Más tarde, otros arquitectos pondrían énfasis en el aspecto olfativo y sonoro. Todo ello, con el objetivo de lograr la conexión entre espacio y sentidos, lugares que toquen el alma y trasciendan a experiencias sensoriales completas.
Uno de los proyectos de arquitectura sensorial más espectaculares actualmente es el Órgano del Mar, de Nicola Basic, localizado en Zadar, Croacia. Es un referente por su armónica conexión entre música, naturaleza y arquitectura. A partir de tubos de sonido de distintas longitudes empotrados en una larga escalera que se sumerge en el mar adriático, como si se tratara de una armónica marítima, las olas crean música única.
Si bien son muchos los ejemplos de arquitectura sensorial de esta índole, no basta ir muy lejos para hallar otros modelos más cercanos a nuestro día a día. Los espacios comerciales que incitan nuestro sentido del gusto a partir de colores seleccionados pueden ser catalogados dentro de esta arquitectura.
Arquitectura sensorial en casa o vivienda sensorial
La arquitectura sensorial nos conecta con lo más humano de nosotros. Hacer nuestra vivienda más sensorial para así generar un ambiente de transformación y consciencia es posible y sencillo.
Colores, luz y textura serán los mejores aliados para lograr un diseño sensorial en casa. Inclinarse por colores cálidos que remitan a la luz es una buena opción. Incluir materiales que inviten a estimular el tacto, tales como madera, piedra, barro, arcilla, concreto, textiles, metales, fibras naturales, entre otros, son ideales para experimentar los espacios con los sentidos abiertos. Asimismo, en la cuestión olfativa, más que aromatizantes, se recomienda dar prioridad a los aromas naturales, encontrados en materiales como la madera y el barro, pero también en vegetación.
La arquitectura sensorial es una invitación a experimentar los espacios desde una perspectiva integral, donde los sentidos se convierten en los protagonistas de una conexión más profunda entre el ser humano y su entorno.
¿Qué elemento sensorial agregarías a tu espacio para convertirlo en una experiencia transformadora?