Para su taller en Sevilla, la firma Vázquez Consuegra recuperó una construcción que forma parte de un conjunto de casas edificadas en el siglo XVIII en el barrio del Arenal, fuera de los muros de la ciudad histórica.
La casa original consiste en una planta rectangular, alargada, con dos muros divisorios largos y con fachadas a las calles en ambos extremos del eje longitudinal. Antes de la intervención el espacio estaba dividido por un muro grueso paralelo a la fachada principal. Con excepción de las dos fachadas, el edificio se encontraba en un estado de deterioro avanzado. Una serie de arcos sobre columnas de piedra —algunas remanentes de la época romana— configuraban el espacio interior.
La intervención conserva la arquería y sustituye el muro que dividía ambas casas por otro arco, con lo que se consigue un espacio único continuo. Los servicios —circulaciones, baños, almacén— se agrupan en una banda que corre apoyada en uno de los muros divisorios. Filtrado por celosías interiores, un tragaluz cenital termina de configurar el espacio, ahora protagonizado por la luz natural que lo articula y le da fluidez y un carácter introvertido.
La intervención es evidente por el uso de una estructura metálica expuesta y el trabajo de herrería, que contrastan con la pesadez de las preexistencias.
Fotografía: Fernando Alda