Desde niña, sin saberlo, entendía muy bien el espacio y sus detalles. “Prefería hacer los juguetes a que me los compraran. En primer semestre de la carrera me di cuenta de que me encantaba. Hacer mi primera maqueta y enfrentar una hoja en blanco me asustaron, pero sentí una enorme satisfacción cuando creé el primer espacio de la nada, del aire”. Paola Calzada describe así su primer acercamiento a la arquitectura. Egresada de la Universidad Iberoamericana en 2001, formó Paola Calzada Arquitectos como un despacho de diseño interdisciplinario. Su principal característica son las soluciones personalizadas a partir de una estética y un pensamiento coherentes. En medio de proyectos tan diversos como casas, espacios de usos mixtos, oficinas o restaurantes, la arquitecta y su equipo buscan reinventarse: cada idea es única; cada cliente, particular.
Su trayectoria profesional comenzó en la escuela. “Estando en la carrera hice pequeñas remodelaciones. Después de la maestría trabajé dos años en Italia con la firma Matteo Thun & Partners, esa experiencia me marcó mucho. La estructura de su despacho es la base del mío. Luego, ya en México, colaboré con Javier Sánchez como directora del área de Arquitectura y fundé como socia el área de Diseño de Interiores. Llevo nueve años laborando para diferentes firmas y ocho con Paola Calzada Arquitectos”. Como creativa, a Paola le interesa afrontar sus proyectos como oportunidades; le gustan las ideas novedosas. “Es lo mínimo que podemos ofrecer a nuestros clientes”, comenta.
La responsabilidad de la arquitecta con su equipo de trabajo es curar la parte creativa de los proyectos, guiarlo a través de los procesos y escuchar e integrar las ideas en la solución final. “Me interesa conservar la escala del despacho, dar una atención personalizada, no saturarnos con más de lo que podemos hacer, lograr una magnífica calidad. Nos vamos profesionalizando, escalamos posiciones en el nivel de entregas. Por el momento implementamos estándares de niveles internacionales para competir con firmas americanas. No es fácil, pero nos gustan los retos”, nos dice la arquitecta.
Paola también considera importante aplicar una ética que responda al entorno, lo social, la ecología. “Estoy aquí para afectar positivamente la experiencia con el cliente, para divertirme, para mejorar su nivel de vida”.
Emocionada, reflexiona sobre la línea que divide la arquitectura y el diseño de interiores: “Cada vez se diluye más”. La palabra “decoración” está dejando de ser la única que define este panorama contemporáneo. La arquitectura de interiores es fundamental para mejorar la calidad de vida en la casa, en el trabajo, en espacios públicos. “En diez años quiero continuar haciéndola, es mi pasión; solo espero tener una cartera de hoteles más amplia con el tiempo. Es lo que más disfruto: diseñar”, concluye Paola Calzada.
Entrevista: Becky García Acuña
Imágenes: Jaime Navarro