México DESIGN / Edición 49
“Recorrer la saudade”
Ni Jacinto Arenas, nuestro entrevistado, ni la firma que dirige, Ares Arquitectos, lograron escapar de la máxima freudiana: infancia es destino. El despacho fue fundado por su padre en 1972, tras recibir la encomienda de diseñar Plaza Patria, el segundo centro comercial de Guadalajara. El éxito del proyecto devino en 40 años más de encargos que los consolidaron como la firma mexicana con más experiencia en el diseño de espacios comerciales.
Por su parte, Jacinto creció observando cómo trabajan los arquitectos, cómo es la vida cotidiana en la obra, cómo la imaginación puede gestar una construcción de cien mil metros cuadrados donde antes solo había un terreno en breña. “Nací, estudié, crecí y viví en Ares. Desde muy chico estuve inmerso en el diseño de espacios comerciales”.
Después de Plaza Patria, Ares viajó a la frontera y construyó el primer centro comercial de la región, Plaza Río Tijuana. Su labor pionera pagó dividendos y las encomiendas no dejaron de llegar; el país necesitaba espacios que concentraran servicios y entretenimiento, moda y gastronomía. Y velocidad. Hoy en día, la firma cuenta con oficinas prósperas en Ciudad de México y Bogotá.
Mientras tanto, en el pasado, Jacinto vivía la arquitectura en carne propia. “Trabajaba en la empresa desde los catorce años sacando copias, cortando muestras de acabado, visitando las obras. En ese entonces no había plotters, había una copiadora de planos que apestaba a amoniaco”. Cuando llegó la hora de elegir carrera se inscribió en arquitectura y se enamoró de la obra de Renzo Piano, Richard Rogers, Jean Nouvel y Norman Foster.
Tan pronto terminó la licenciatura se incorporó a la firma. Por un desafortunado giro de la fortuna, mientras tramaba continuar sus estudios en el extranjero, su padre falleció y a sus 27 años tuvo que tomar la dirección de Ares. Lo primero fue convocar a sus amigos más talentosos para invitarlos como socios. “En Ares el proceso creativo es colectivo. No hay aquí autor único de un proyecto, siempre es resultado de un pensamiento de distintas personas. Colaboramos con paisajistas, ingenieros, diseñadores gráficos, de iluminación y otros especialistas. Al final el arquitecto es un integrador de disciplinas”.
Con el paso de los años, la firma creó decenas de plazas comerciales dispersas en el país y el mundo. Su historia es indisociable a la historia de los centros comerciales. Estuvieron ahí cuando nacieron, desde que fueron espacio puramente destinado al comercio, hasta su evolución a proyectos de usos mixtos.
“¿Qué pasa si la gente que vive por ahí también trabaja por ahí, compra por ahí, va al gimnasio por ahí, come por ahí y ahí mismo cuenta con un parque o un área de entretenimiento? Así empezamos a pensar en proyectos de usos mixtos, donde tenemos amenidades y esparcimientos que quizás no tendríamos en proyectos aislados”. Estos desarrollos fueron amparados por conciencia social y ecológica. “Hay que cuidar el impacto ambiental y entender muy bien el tema de comunidad”.
Durante nuestra charla, intuyo un común denominador en las respuestas de Jacinto, que al final enuncia expresamente. “Nuestra misión es hacer una arquitectura que mejore la calidad de vida de las personas. Si no lo hace, para nosotros no tiene caso”. Y a lo lejos, en una dimensión paralela del tiempo, el niño Jacinto estudia planos junto a una fotocopiadora apestosa o se maravilla junto con su padre ante la obra de Frank Lloyd Wright.
Texto: Bernardo Suárez
Imágenes: cortesía de Ares Arquitectos