México DESIGN / Edición 49
“Recorrer la saudade”
Trabajar juntos en la construcción de un mejor futuro para todos. Eso significa el nombre que responde a las siglas CCA: Centro de Colaboración Arquitectónica, dedicado a la investigación, conceptualización y desarrollo de proyectos arquitectónicos y urbanos. Partiendo de una estructura interdisciplinaria y mediante un sistema de trabajo incluyente, los colaboradores de esta firma generan ideas que maximizan el potencial de cada proyecto y aportan los conocimientos, talento y creatividad cuyo resultado es más que la suma de sus partes. Para CCA la herramienta ideal es una combinatoria que implica el entendimiento de la arquitectura como un proceso lógico que busca las respuestas adecuadas a las preguntas correctas, con el fin de transformar la realidad positivamente, resolviendo las necesidades sociales. Por ello, este proceso debe empezar por responder al contexto en el que se suscribe, tomando en cuenta los factores y condiciones que presenta. El diseño congruente es consecuencia del análisis primordial del entorno. Los contenidos se discuten y critican de manera colaborativa, y la integración se da a partir de un pensamiento horizontal y multidisciplinario que articula y define los aspectos y necesidades del proyecto.
El balance en la realización de un proyecto queda de manifiesto cuando se conjugan diversos factores como las condiciones políticas, económicas o climáticas, elementos que interactúan entre sí de forma simbiótica. Esta búsqueda de equilibrio, primero como proceso invisible, lleva a la materialización de la obra, donde se orquesta la ejecución y se revela la destreza y capacidad de sus ejecutores. La naturaleza de cada proyecto implica una relación dinámica proyectada en espacio y tiempo. La integración final ocurre cuando es habitado por el usuario, quien conferirá nueva vida al espacio. Esta nueva vida de la obra arquitectónica es la última prueba a la que se somete un proyecto: la relación del hombre con la materia cobra significados diversos. Al proyectar, hay que imaginar cuáles pueden ser estos significados, porque ahí radica el balance congruente. Es un ejercicio utópico que pretende transformar un espacio con la idea de dar cabida a otras realidades, así como de resolver problemas del ser humano y de su comunidad.
La congruencia se logra a través de un proceso de aprendizaje continuo: la arquitectura ha de ser franca, racional y precisa. Ha de responder a su entorno y tener raíces. Así, la vida del edificio se transformará de manera orgánica en el tiempo, y servirá para uno o infinidad de usos. El rol del arquitecto se redefine ahora más allá de sus tareas tradicionales: la colaboración interdisciplinaria se extiende para integrar en un proyecto tanto a la comunidad como al resto de los actores y factores involucrados con él. El motor de transformación de CCA —impulsado por la generación interdisciplinar de ideas, la escucha atenta y el entendimiento reflexivo— produce investigación, desarrollo e innovación de los procesos técnicos y creativos para concebir y diseñar arquitectura. De acuerdo con el despacho, esto lleva a un cambio positivo del entorno: enriquece el desarrollo urbano, suburbano y rural responsablemente, a la vez que coordina la construcción de ciudades más justas, libres y democráticas, ya que el espacio cívico es el espacio de encuentro por excelencia, es nada menos que la imagen de nuestra realidad.
La arquitectura, entendida como ejercicio histórico, depende del conocimiento tecnológico y de los recursos disponibles para solucionar problemas complejos de la sociedad. No es un fin en sí misma, sino una herramienta de cambio. De ahí que el deseo principal de los miembros de CCA no solo sea fungir como arquitectos de la ciudad, sino participar en la Capistrano construcción de un mejor futuro.
Entrevista: Yara Patiño Estévez
Fotos: cortesía de CCA