El premio Special Prize Exterior correspondiente a Norteamérica le fue otorgado al restaurante “Adela- cocina de origen” ubicado en San Miguel de Allende, Guanajuato; un espacio donde la gastronomía tradicional mexicana y la arquitectura colonial del siglo XVII se reencuentran y se reinterpretan a fin de honrar el origen y la esencia del folclore mexicano. Con este proyecto, el despacho Faci Leboreiro se lleva por segundo año consecutivo el reconocimiento de Prix Versailles, contribuyendo así a la reconciliación del paisaje urbano con la historia y el arte en México.
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Un espacio para disfrutar la exquisitez de los ingredientes que conforman un platillo, un lugar para reconectar con las raíces guanajuatenses del siglo XVII, eso y más es Adela. Edificado sobre una vieja cancha de frontón, cuenta con una fachada diseñada en mampostería de piedra de la zona y en medio de esta un portón de acero da acceso al vestíbulo donde la mirada se encuentra por primera vez con un telar escultórico de Mariella Motilla. El placer visual continúa con la vista de un exuberante jardín encabezado por una jacaranda, visible desde cualquier lugar del restaurante, que rodea la recepción.
Escaleras de placa de acero y madera conducen a un segundo piso que sorprende por el cambio de dimensiones. En este espacio la repetición de vigas que bajan por el muro, diseño retomado de las antiguas casonas guanajuatenses, es lo primero que capta y cautiva la mirada del comensal. Aunque sencillo, este diseño de vigas crea una perspectiva dramática que facilita la vista panorámica del restaurante.
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Transitar por el pasillo que comunica hacia la cava de vinos podría considerarse una experiencia artística. Diseñado a modo de túnel por el cual bajan las vigas de madera, la vista se divide entre la frondosa jacaranda por un lado y por el otro unos entrepaños donde se exhibe artesanía local que es tan cotidiana como ancestral. A lo largo del día el pasillo experimenta un juego de luces y sombras cortesía de la luz del sol, creando un espectáculo digno de admirar. El final del pasillo da acceso a una zona privada e íntima para la cata de vinos.
Las lámparas de barro negro de David Pompa y los candiles textiles de Mariella Motilla forman parte de la decoración que conforman Adela. En una búsqueda por el reconocimiento y enaltecimiento de la mano artesana y como parte de su compromiso con las raíces y el folclore mexicano, el mobiliario y elementos decorativos que forman parte del restaurante son de fabricación artesanal proveniente de localidades aledañas.
Arquitectura e Interiorismo: Faci Leboreiro
Iluminación: Avant Group
Fotografía: LGM Studio