Hoy en día, los clientes o clientes potenciales de cualquier empresa en distintas industrias ya no buscan solo algo que resulte agradable en términos del consumidor o que se ajuste a un presupuesto. La realidad es que, ante la oferta del mercado, se ha vuelto necesario tener como parte de la propuesta, de igual forma, un distintivo: aquello que, como empresa, te identifica y diferencia de los otros. En otras palabras, ha crecido en presencia e importancia contar con una Identidad Corporativa.
A grandes rasgos podríamos advertir que una Identidad Corporativa equivale a la marca; es decir: cómo se define tu empresa o negocio y cómo perciben eso los demás. Así, en el caso de los espacios generados arquitectónicamente, contar con una identidad corporativa resulta en algo que va más allá de lo meramente funcional, ya que conjuga esto con elementos que los vuelven lugares reconocibles.
Actualmente, la búsqueda de la integración de la Identidad Corporativa al proyecto arquitectónico está cada vez más en tendencia. Esto se hace tomando en cuenta rasgos importantes de la misma corporación (tales como la imagen, la filosofía o la cultura de la empresa) para plasmarlos en algo tangible y perceptible por el consumidor.
Lo anterior, como ya se mencionó, vuelve reconocible a las marcas a través de los espacios en los que se manifiestan; además de que es interesante cómo lo anterior puede derivar incluso en las marcas como referente de aquello que se ofrece o se espera encontrar dentro. Al mismo tiempo, permite conectar con el consumidor desde el primer momento en que este se enfrenta al espacio y comienza a experimentarlo.
No olvidemos que tanto el interior como el exterior comunican: la fachada es la que invita a entrar, mientras que la vivencia del espacio desde dentro es lo que invita a quedarse. La Identidad Corporativa de la mano de la arquitectura pretende, entonces, sin dejar de lado la funcionalidad y comodidad del espacio, que no solo sea una fachada la que invite a entrar, sino que comunicando quién se es como empresa y a quién va dirigido se alcance a la vista del transeúnte. Del mismo modo, los interiores requieren de congruencia con la identidad en todos sus niveles.
En resumen, la Identidad Corporativa aplicada adecuadamente a través de la arquitectura, potencia el posicionamiento de quien se oferta en el mercado, a la vez que ayuda en el incremento de su competitividad.