Jutta Treviranus es directora del Centro de Investigación de Diseño Inclusivo (IDRC) en OCADU. Ella y su equipo son pioneros en la personalización de soporte de red con un enfoque de accesibilidad. Disfruta aquí de la entrevista completa que nos brindó para la sección tendencias globales en nuestra edición 55 y lee sus reflexiones acerca de cómo diseñar para todos y todas.
¿Qué es el diseño inclusivo?
Aquel que considera y valora todo el rango de la diferencia humana y otras características, como el contexto, integrándolas. Es diseñar de modo que nos percibamos como un ecosistema donde somos parte de un todo, viviendo en constante tensión entre la diversidad y comunalidad.
¿Puedes explicar las tres dimensiones del diseño inclusivo descritas en el IDRC?
Reconocer, respetar y diseñar la singularidad y variabilidad humana. Nuestra diversidad debe encajar en un sistema que no esté segregado, y debemos ser conscientes de que no hay nadie que sea un experto en esa diferencia. Esta es la principal razón por la que existe el IDRC. Estamos creando un sistema casi paternalista o de vigilancia en el cual la máquina es propietaria de los datos, lo que es angustiante, porque debería ser el individuo, el propietario, el curador y el agente, quien determine cómo se usan esos datos.
Aplicar procesos inclusivos, abiertos y transparentes, diseñar participativamente con personas que tienen diversidad de perspectivas, incluyendo las que no pueden o tienen dificultades para usar los diseños actuales. Para crear un proceso de diseño inclusivo necesitamos diseñar con las personas para quienes estamos trabajando. Preguntarnos: ¿quién nos falta?, ¿cómo podemos incluir a esas personas para ayudarnos a rediseñar y ser más accesibles?
Reconocer que estás diseñando en un sistema adaptativo complejo. Entender que los sistemas que segregan no funcionan, especialmente si están dirigidos a una minoría o a quien ya está marginado. Es imposible proporcionar inclusión a través de un sistema que segrega porque no interoperará y, por lo tanto, desde una perspectiva económica, de diseño y técnica, simplemente no funciona. Hay que atender los puntos de fricción y exigir un cambio que no puede existir solo y desde una perspectiva aislada de diseño. En contraste, debe considerar todo el contexto que también necesita ser modificado, lo que creará fugas y puntos de fricción.
¿Cómo se crea una falta de representación por el humano promedio? Cuando diseñamos para el promedio, ¿cómo afecta esto a la cultura, la educación y la sociedad?
Primero, debemos reconocer que no existe una entidad de certificación única que represente a todos los humanos. Segundo, que necesitamos una forma diferente de representación que respete nuestra diversidad.
Cuando diseñamos pensando en conceptos como promedio, típico, normal, usual, etcétera, que son reduccionistas, esto nos hiere como sociedad y raza humana, pues nos hace caminar hacia atrás y volvernos estáticos, nos contraemos y nos volvemos triviales. Especialmente ahora durante la respuesta y recuperación del COVID-19 queda claro que necesitamos adaptarnos. El estatismo y la no consideración de todos los individuos crea este tipo de polarización: la derecha, la izquierda, el conservador, el liberal. La única forma de detener dicho patrón, en el que parece que nos estamos atorando, es pausar y dar paso a las diferencias, reconocer que necesitamos una forma diferente de representación.
En cultura y educación, tenemos manifestaciones de pensamientos reduccionistas, especialmente en una de las áreas que más me preocupan en este momento, la investigación. Suponemos que todos pueden y tienen los recursos para permanecer dentro de sus casas; que tienen agua corriente y pueden permitirse no ir a trabajar. Estamos constantemente razonando en esta noción de una persona promedio para sobrevivir a la crisis y olvidando los brotes en hogares de ancianos, en cárceles, en personas que no tienen un hogar, entre otros. No estamos pensando en el contexto tan diverso que tienen muchas personas y susposibilidades.
¿Cómo la producción, consumo, marketing en masa, y el impulso de popularidad tienen un costo para la innovación? ¿Dónde encontramos la verdadera innovación?
La única forma de descubrir cómo hacer las cosas de manera diferente y mejor es trabajar con las personas que no pueden usar o que tienen dificultades para usar nuestros sistemas actuales. En contraste de aquellos que están satisfechos y cómodos, porque estos no tienen el ingenio o el pensamiento innovador que necesitamos para ir más allá del promedio.
A veces vemos que cuando una comunidad vulnerable se involucra en un proceso de diseño, se hace de manera paternalista. Las personas que experimentan un desajuste son quienes se convierten en los mejores evaluadores de fallas porque saben dónde están las grietas en nuestro sistema. Para retroceder y no crear una relación paternalista, por ejemplo, una colaboración con una comunidad indígena, necesitamos involucrar a los diseñadores de las comunidades y dejar que lideren los proyectos.
“La dinámica de poder necesita ser eliminada, el diseño participativo significa que el individuo codiseñador lidere el proyecto y que haya un reconocimiento de que es la persona que vivió la experiencia; por esta razón, posee el conocimiento de lo que el diseño requiere y de su contexto.”
Es importante alejarse de las dinámicas de poder extrañas donde el diseñador retiene todo el poder. La caridad es una de las peores dinámicas de poder que existen, es realmente horrible porque es una relación entre los supuestos: quién tiene qué y los que no tienen, y si mantenemos algo de eso en una discusión, promovemos ideas como, “soy el diseñador experto y qué amable de mi parte incluirte en este proceso, estoy haciendo algo caritativo”, y bueno, esto no es auténtico y resulta contraproducente.
Uno de los proyectos en los que estamos trabajando con el Consorcio de Educación Superior Indio Americano AIHEC y las universidades tribales en los Estados Unidos que están en reservas es tratar de contrarrestar el lado epistémico. Esto significa evitar el reduccionismo de las formas de aprendizaje y el respeto por las diferentes formas de conocimiento al agregar de nuevo las perspectivas de los pueblos nativos en un montón de libros de texto, incorporando la comprensión de la ciencia ambiental que se enseña en las universidades, así como las perspectivas indígenas que faltan, y reconociendo que ambos son válidos e importantes.
El diseño en sí es un tema interesante para discutir de varias culturas perdidas porque se pueden obtener grandes ideas como, ¿qué es el diseño inclusivo?, ¿quién diseña? No solo una especie de comprensión presunta de lo que debería ser el proceso. Por ejemplo, cuando estábamos haciendo diseño web con la comunidad Anishinaabe, la perspectiva que tenían es que la estructura organizativa no debería ser una estructura en forma de árbol sino más bien una estructura cíclica, inspirada en las estaciones, y en su naturaleza no debería representar la jerarquía porque es temporal y un círculo espacial: este es un punto de vista completamente diferente para un sitio web.
Como diseñadores, ¿cómo podemos desaprender el diseño y aprender a cuestionar nuestras decisiones para centrarnos en una vista individualizada que busca mejorar la diversidad? ¿Cómo priorizamos?
La clave para desaprender es diseñar con personas que no pueden usar o tienen dificultades para usar cualquier diseño que estemos trabajando. Mi consejo a los diseñadores es: no involucres a las personas en el proceso para reforzar tu confianza, sino que realmente siéntete cómoda o cómodo con la exposición a la disonancia y busca un uso alternativo y diferentes formas de verlo. Mejora tu diseño.
Cuanto más avanzado estés en tu proceso, más apegada estará tu perspectiva de él; la inclusión debe ser muy temprana en el proceso antes de que se invierta y te involucres demasiado. Diseña para personas en el borde y fuera del medio, tan lejos como sea posible en los bordes, usuarios extremos que han sido previamente excluidos. Estas personas tienen necesidades que están completamente subrepresentadas y debido a que tienen los casos y pruebas más convincentes de uso de cualquier diseño existente, también son las mejores para señalar cuáles son las debilidades.
Entrevista: Tania Villalobos
Ilustración: Diana Arana y Daniel López
Imágenes: cortesía