La invención del concreto ha sido un paso clave en el desarrollo de nuestra civilización, un acontecimiento casi tan importante como el descubrimiento del fuego: ese elemento que al ser conquistado nos dotó de un poder más que natural. Ambos han sido igual de incomprendidos a lo largo de la historia.
El fuego, asociado a la destrucción y el peligro, fue el elemento que nos permitió sobrevivir a la glaciación y el detonador de la revolución industrial tras la invención de la máquina de vapor, un gran paso del desarrollo tecnológico. Esta revolución dio lugar al progreso masivo de los nuevos materiales de la arquitectura moderna: el acero y el concreto, que durante mucho tiempo —a pesar de estar presentes en casi todas las construcciones actuales— se han ocultado bajo materiales “menos fríos”. Con el tiempo nos ha ido seduciendo su exótica atracción, razón por la cual han dejado de esconderse y cada vez son más conocidos como elementos abrigadores; es así como la arquitecta Olha Akulova hace de estos materiales los protagonistas en el diseño de esta maravilla habitable.
El penthouse, ubicado en el nivel 30 del condominio Novopecherskie Lipki, de la capital ucraniana Kiev, fue diseñado para un joven procedente de España que vive parcialmente en Lituania y sin mucho tiempo libre. Su idea era crear el lugar perfecto para sí mismo y también pasar el rato con sus amigos más cercanos al calor de la chimenea, por lo que encargó a Olha un diseño con materiales naturales, conservando el plafón original de concreto y el muro-cortina que ofrece vistas impresionantes de la ciudad, del río Dniéper y del cielo.
La estancia, la recámara principal y un pequeño estudio están divididos por paneles de madera y ventanales a modo de muros de cristal para dar paso a la mayor cantidad de luz natural posible, o en su defecto, bloquear la luz del sol gracias a las cortinas de Designers Guild con función blackout. Este sistema, junto con los de la temperatura, la seguridad y hasta la televisión, son controlados a través de un programa Smart House desde un iPad.
El baño se separa de la recámara principal por una puerta corrediza de cristal, permitiendo apreciar desde la habitación el vestidor y un muro verde que ambienta el sitio, el riego y la iluminación, que se programan automáticamente desde el cuarto de lavado. Una pequeña estructura de metal blanco se extiende del jardín hacia el muro para formar una mesa alargada con un lavabo de cerámica negra, que a la vez invita a relajarse en la utópica bañera de madera.
*La sección completa puede consultarse en la edición 39 de México DESIGN.
Texto: Ulises Jiménez Ruvalcaba
Fotos: Andrey Avdeenko