El dinámico viaje por el arte ruso-soviético que cimbró el inicio del siglo XX
Movimientos modernistas como el suprematismo, el futurismo ruso, el cubofuturismo, el constructivismo, el zaum y el neoprimitivismo, entre los más destacados, forman parte de la llamada vanguardia rusa. Durante más de cincuenta años, entre 1880 y 1932, convulsionaron el mundo del arte con innovadoras posturas filosóficas, radicales usos y exploraciones de nuevos materiales y montajes que desafiaban lo plausible.
Grupos de intelectuales, poetas, arquitectos, diseñadores, cineastas, músicos, escultores, coreógrafos y pintores levantaron una constelación espiritual única fundamentada y caracterizada por la observación y el estudio no objetivo de la historia del arte, la aproximación de la obra de arte a su pueblo y la utopía como núcleo central.
A consecuencia de las convulsiones sociales de los primeros años del siglo XX, y específicamente con la entrada del Estado Soviético Stalinista, que apoyó fuertemente al realismo social, muchos de los grupos más radicales iniciaron su progresiva desaparición, dejando uno de los más interesantes, profundos, vibrantes y exuberantes capítulos de la historia del arte que se hayan registrado en un solo país.
Futurismo. Una gota de alquitrán
Reiteración y tributo a la vida urbana moderna, a su velocidad y dinámica. Nihilismo como navaja para rechazar cualquier líder o mentor del estático pasado del arte, la literatura o la música. Nada de edificios sólidos, nada de imágenes congeladas, nada de cómodos pisos; solo destrucción y anarquía.
Suprematismo. El estímulo cósmico
La supremacía de la expresión pura del artista basada en la traducción de la realidad a las formas geométricas básicas. Construcción espiritual hacia la Nada y representación pictórica sin objetos. Exploración paradójica de la vista en donde un límite físico cuadrado permite la superposición infinita de dos cuadrados blancos.
Arquitectura utópica. Las ciudades invisibles
Bocetos y maquetas para la edificación de un mundo mejor. Ideas en dibujos que revelan perspectivas de añoranza por un nuevo desarrollo industrial. Edificios alejados de la funcionalidad, que retozan en la fantasía. Experiencia del espectador al combinar la sensación práctica del dibujo arquitectónico y la visión poética del edificio.
Texto: Jorge Palos Ramírez
Fotos: cortesía del INBA. Con la asistencia de ROSIZO
*La sección completa puede consultarse en la edición 39 de México DESIGN.