Por Paloma Sáenz
Cuando vemos una obra de arte que nos conmueve, una parte de nosotros se siente parte de ella, como si estuviéramos dentro de ese paisaje o retrato. Muchos conocemos esa sensación, pero la vivimos en nuestro interior. El arte inmersivo es el puente entre el espectador y la obra; una manera en que puedes interactuar y ser parte de aquello que te conmueve.
El arte inmersivo es interdisciplinario, mezclando la tecnología, la ciencia, el arte y la naturaleza para poder convertir las obras estáticas en obras dinámicas, en un constante movimiento e interactuando directamente con el espectador. El sonido, la luz, las imágenes, el olor y el espectador, crean una nueva forma de vivir el arte. Así, la Realidad Virtual (VR), la Realidad Aumentada (AR) y distintas formas de proyección permiten la creación de un mundo creativo dentro de la realidad del observador.
El arte inversivo de teamLab
Fundado en el 2001, teamLab es un colectivo japonés y uno de los estudios más reconocidos en esta propuesta artística. Desde instalaciones de luz y proyecciones hasta la Realidad Virtual, “su objetivo es explorar la relación entre el yo, el mundo y las nuevas percepciones a través del arte.”
Desde un acuario interactivo en que los espectadores pueden dibujar sus peces favoritos y verlos nadar en las pantallas frente a ellos hasta un “bosque” de objetos de luz que cambian de color y emiten sonidos cuando son tocados, empujados o levantados por los visitantes, teamLab crea una experiencia multisensorial e interactiva.
Para poder llevar a cabo sus exposiciones, cuentan con un diverso grupo que incluye ingenieros, artistas, matemáticos, animadores y arquitectos.
Arte inmersivo en Van Gogh Alive – The Experience
En la Ciudad de México, está actualmente Van Gogh Alive- The Experience, la exposición multimedia que le da vida a las obras y pinturas más icónicas y las menos reconocidas del pintor neerlandés.
Pantallas que cubren por completo la habitación, de pared a pared y del suelo al techo, proyectan más de 3 mil imágenes de Van Gogh. Así, muestran a gran escala cada pincelada y los vivos colores de las pinturas. Acompañadas de una selección de música clásica, se les hicieron pequeñas modificaciones para que las imágenes se muevan, en lugar de ser sólo proyecciones estáticas.
No sólo es una instalación audiovisual, también incluye proyecciones de agua, olores, objetos y lugares que evocan la época retratada en el cuadro, y una recreación del cuarto de Arles en la que los visitantes pueden tomarse fotografías.
Texto: Paloma Sáenz
Imágenes: Cortesía