En 2010 como parte de los festejos del Bicentenario se organizó un concurso público que convocaba a todos los arquitectos del país para hacer una restauración de La Tallera. El estudio de la arquitecta mexicana Frida Escobedo fue quien lo ganó. Su intervención generó una gran impresión por el resultado que alcanzó y porque además su propuesta rompió esquemas.
Este espacio además de funcionar como taller del muralista, también fue su residencia en Cuernavaca, Morelos. Actualmente es un museo y centro cultural.
Sin embargo, antes de profundizar en ello retomemos un poco la historia de este centro y museo cultural localizado en Cuernavaca.
La Tallera, nombrada así como un “homenaje a la mujer creadora de vida”, fue construida en 1965. Desde un principio se concibió con dos intenciones: funcionar como residencia del muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, pero también fungir como un taller de muralismo, el primero del mundo en su tipo. Así pues, es destacable que desde su origen ya estaba destinado a ser un espacio dedicado a las artes, en especial aquellas con un compromiso político y social.
Después de la muerte del artista en 1974, Angélica Arenal, su viuda, se encargó de la gestión de La Tallera, e incluso logró que el Estado de Morelos cediera un terreno en frente del edificio para expandirlo y añadirle un parque.
Tras ganar el concurso público en 2010, la arquitecta Frida Escobedo interviene La Tallera con un único movimiento: el giro de dos murales hacia el parque para, de esta forma, abrir una galería a cielo abierto. Al rotar los murales Trazos de composición espacial y Trazos de composición piramidal, cuya posición original era vertical, cambia el espacio; provoca en el usuario la sensación de que el museo-taller invita a su exploración y uso. La nueva posición de los murales funciona, además, como un vínculo con la plaza.
Por tanto, La Tallera tuvo un renacer a partir de un movimiento, y es esto lo que significó una ruptura de esquemas: cómo Frida Escobedo otorga un alma nueva al taller de David Alfaro Siqueiros con una intervención tan cuidadosa e incluso minimalista. Sólo con rotar dos murales brinda la sensación de estar en un espacio completamente nuevo.
Actualmente, La Tallera se puede visitar de martes a domingo. Cuenta con exposiciones temporales y permanentes, residencias artísticas, cursos, talleres y más actividades culturales.