Las oficinas de HW Studio se encuentran en lo que hasta hace poco eran los hornos de secado de madera de la fábrica de muebles Señal de Don Shoemaker; uno de los más importantes diseñadores de mobiliario mexicano del siglo XX.
Memoria descriptiva del proyecto
Al cerrar la fábrica, los hornos quedaron abandonados. Nos pareció buena idea ocuparlos e intervenirlos para desarrollar dentro nuestro estudio.
El espacio estaba dividido en dos áreas, que unimos mediante una ancha transición Esta une el área de trabajo técnico con el área de trabajo conceptual.
El área de trabajo técnico está dominada por un contundente elemento que nos gusta llamar “el altar”. Se trata de una gran mesa sobre la cual trabajamos maquetas, planos, materiales, conceptos y en general todo aquello que tenga que ver con nuestra labor como arquitectos. Sobre el altar se encuentran los espacios de trabajo de los miembros más nuevos de equipo. Sus sillas se orientan hacia el único ventanal del edificio, con el propósito de que se encuentren con entornos y situaciones más vivaces y entretenidas que rompan la rutina. Además, el ventanal se abre hacia un patio que llenamos de fresnos mexicanos y jacarandas.
Enseguida en las oficinas se encuentra el área de trabajo teórico. Es un espacio muy particular porque se cierra completamente al exterior, se ilumina y ventila de manera cenital otorgándole una cualidad sacra, casi de iglesia. Posee una naturaleza muy introspectiva, la cual nos interesaba ya que la meditación es una muy importante herramienta que usamos en nuestro proceso creativo.
Además, que constantemente la luz que entra por el tragaluz nos hace recordar la frase de Luís Barragán: “no hay que ver a los vecinos, hay que ver a dios”.
Fotografías: Dane Alonso