La vivienda vertical: una mirada hacia sus estructuras y funcionalidad

Cuando le preguntaron a Le Corbusier “¿cómo mejoraría la vida de los ciudadanos de la Rive Droite parisina?” contestó: “Derribaría las viviendas, estatuas y calles de buena parte, y construiría 18 torres acristaladas de 200 metros de altura iguales, separadas unos 400 metros entre sí, dividida por extensiones de césped para los peatones y autopistas elevadas para los coches”. Hoy en día parece que la visión de Le Corbusier se vuelve cada vez más real.

No es ningún secreto que en las grandes urbes el tema de la vivienda y el espacio es siempre una situación para resolver, ya que la explosión demográfica desencadena problemas de infraestructuras, conectividad, contaminación y economía, pues al menos, en México, el 75% del uso de suelo corresponde a la vivienda.

En ese sentido, la arquitectura juega un papel muy importante al deber resolver estas problemáticas de la manera más óptima, pues se busca nivelar no sólo las necesidades de las personas, sino que las estructuras de los edificios encajen con la ciudad y el estilo de vida de esta. En la búsqueda de regular el crecimiento demográfico y de generar alternativas para el futuro de las urbes se ha apostado por la arquitectura vertical.

 

 

¿De qué hablamos cuando hablamos de arquitectura vertical?

En los últimos años la vivienda vertical ha ganado popularidad. La premisa de este concepto parte de no expandir las ciudades a lo ancho y largo, sino hacia lo alto: alcanzar el cielo.  Esta tendencia crea un espacio habitable que se imbrica perfectamente al estilo de vida moderna de las grandes urbes, debido a que permite que se concentre una gran cantidad de habitantes en un mismo espacio.

La arquitectura vertical engloba todo tipo de rascacielos: su tamaño, su diseño y su uso, que con el tiempo se ha diversificado. Es evidente que estos han existido desde épocas remotas, pero su uso y su sostenibilidad han evolucionado conforme los avances tecnológicos nos alcanzan. La vivienda vertical, en ese sentido, se caracteriza por su habitabilidad. Así mismo, pretende ser respetuosa y amigable con el medio ambiente, de ahí que las nuevas tecnológicas en la arquitectura han desarrollado e incorporado el ahorro de energía, el uso de materiales que favorecen al ambiente, entre otras cualidades.

 

Ciudades verticales: cómo funcionarían y su impacto ambiental

National Geographic encargó al despacho de arquitectura S.O.M. (Skidmore, Owengs y Merrill) un boceto cómo serían las ciudades del futuro. En estas se proyectó la vivienda vertical y con esto se divisó que algunos beneficios que la vivienda vertical traerá para el ambiente residen en los siguientes: densidades mixtas, limpieza de contaminantes, tejados verdes y reciclaje automatizado.

En cuanto a los edificios y calles inteligentes, se emplean los jardines con alturas, como los usados por Norman Foster en su proyecto para el edificio 452 de Park Avenue en Nueva York. Estos espacios permiten la circulación del aire, y con ello la vida social y la vida laboral es más favorable para el habitante. A nivel de energía, se opta por usar iluminación natural y materiales bioluminiscentes, captadores de la luz solar, uso de paneles solares y el aumento de la inercia termina con muros Trombe, Un futuro autosostenible al alcance del cielo.

 

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