Vitrales de colores y la metáfora de Dios

Los vitrales de colores, además de cumplir una función ornamental, cuentan una historia a través del uso de metáforas.

Es importante señalar que los vitrales no solo son un elemento estético que aporta belleza a los templos góticos sino que también nos pueden acercar a una experiencia metafísica única.

 

 

El discurso filosófico del cual nació este elemento tiene como principio un fundamento teológico cristiano de la luz. Este concepto religioso, como tal, aparece en varios pasajes de la biblia y versículos del mismo, por ejemplo, cuando se afirma que cristo es la luz de la humanidad.

En la Edad Media a partir de la premisa de que cristo es la luz de la humanidad se desarrolló un pensamiento neoplatónico fundado por Plotino, filósofo griego, que consiste en entender  la belleza como sinónimo del bien  y por ende con lo sagrado. También afirmó que para llegar a unirse con lo sagrado hay que llegar a un punto de contemplación en donde hay una unión mística alcanzando así el éxtasis.

Poclo fue otro filósofo de la época que describió la belleza como algo brillante y resplandeciente que se define como el bien.

La teología platónica se desarrolló a partir de este pensamiento que propone que la luz es la manifestación de la bondad que se hace presente a través de su belleza. También afirma que todos somos parte de esa luz:  lo que conocemos y somos forma parte de una teofanía o manifestación de Dios.

Dionisio el Aeropagita afirmó que la creación es una iluminación a través de la cual es posible percibir a Dios. Las concepciones y su filosofía neoplatónica cristiana fueron imprescindibles en el arte decorativo de las catedrales góticas de la época.

 

 

El abad Suger de Saint Denis (político francés) utilizó todos estos textos, principalmente los de Dionisio, para fundamentar su filosofía de encontrar a Dios por medio de la luz y utilizar este plano físico para hacer realidad esta metáfora.

La filosofía estética de Suger Denis fue fundamental  en la creación del estilo gótico en la arquitectura a partir del siglo IX. La abadía de Saint Denis fue una de las obras más importantes de este personaje.

 

 

Se comenzó a utilizar la luz en la arquitectura gótica como medio para acercarse a lo divino, los colores se convirtieron en herramientas  pues hicieron visible la luz, un objeto poco perceptible. Esta filtración hace evidencia no solo de lo celestial,  también te adentra en una experiencia mística.

La luz fue la principal idea para crear la arquitectura gótica y todo giró en torno a esta.

Para hacer esto tangible, se inventaron los vitrales de colores: un objeto material que vuelve palpable esta metáfora a través de un increíble resultado que destacada no solo la experiencia mística sino también la belleza estética.

 

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